La
geopolítica de las cumbres:
Río
de Janeiro y G-8
Nuevamente una cultura universal de verdugos y carceleros se impone, mientras la guerra se torna perpetua.
La cita de los presidentes de América Latina en el Cuzco y la cumbre G-8 abre fundamentales preguntas: ¿Cuál es el futuro del Plan Colombia en relación a América Latina? ¿Cómo se orientará la geopolítica a nivel mundial?
Después de la invasión de Estados Unidos contra Irak y las continuas provocaciones del Pentágono contra Irán, Corea del Norte y Cuba, parece que el nuevo objetivo militar de Estados Unidos es Colombia y, por extensión, toda América Latina.
Se calcula que el presupuesto militar de los Estados Unidos para el 2003 es de 345 billones de dólares, lo cual es más que la suma de los presupuestos militares de los 13 estados que le siguen.
En la cumbre celebrada en Evian, Francia, los 8 países más poderosos del mundo han dedicado la jornada entera del 2 de junio a la discusión sobre temas de seguridad y lucha antiterrorisa. Se apuntala, por tanto, el nuevo orden a nivel mundial enmarcado en las acciones de seguridad y prevención de actos antiterroristas.
La participación de los mandatarios de México y Brasil en la cumbre de Evián fue una cortina de humo detrás de la cual se ocultó el motivo de la reunión del G-8: planear la conformación de un Grupo de Acción contra el terorismo (GACT) para lucha contra esta "grave amenaza" .
A nivel de América Latina, la cumbre de Río fue un espacio donde se discutieron temas de integración comercial económica y donde parece que ha sido planteada la conformación de una fuerza militar de varios países para realizar una invasión militar a Colombia, según lo destaca el presidente Hugo Chávez.
Nuevamente una cultura universal de verdugos y carceleros se impone, mientras la guerra se torna perpetua.
Es difícil dimensionar hasta dónde llegará esta cultura de guerra, pues las proclamas de los países europeos por una no intervención en Irak y su abogacía por una lucha mundial y conjunta contra el terrorismo sitúan al mundo entero en un enclave de confusión y descubren hipócritas y austeras intenciones de los países más poderosos del mundo.
Mientras, la mediación del Ecuador propuesta por Lucio Gutiérrez, más bien parece una oscura estratagema para allanar el camino de una posible intervención armada multinacional con consecuencias desastrozas para la vida de miles de personas.