Informe de Amnistía Internacional: Ecuador, 2003
AMNISTIA INTERNACIONAL - AMNESTY INTERNATIONAL
Mujeres y hombres dedicados a la defensa de los derechos humanos fueron hostigados, intimidados y detenidos arbitrariamente. El presidente Noboa criticó públicamente el trabajo de los defensores de los derechos humanos en varias ocasiones.
República de Ecuador
Jefe
del Estado y del gobierno:
Gustavo Noboa Bejarano
Pena de muerte: abolicionista para todos los delitos
Estatuto de la Corte Penal Internacional: ratificado
Mujeres
y hombres dedicados a la defensa de los derechos humanos fueron amenazados,
hostigados e intimidados. Aunque algunas autoridades se pronunciaron en contra
de la persecución de la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y
transexuales, éstos continuaron sufriendo detenciones arbitrarias,
torturas y malos tratos. Los miembros de las fuerzas de seguridad sospechosos
de cometer violaciones de derechos humanos seguían siendo investigados
y juzgados por tribunales de la policía que no eran independientes
ni imparciales. La tortura y los malos tratos siguieron practicándose
de forma generalizada.
Información general
A
lo largo de todo el año, sindicatos y organizaciones populares —incluidas
comunidades indígenas— organizaron manifestaciones para protestar
por la pobreza de la gran mayoría de la población y contra la
política económica del gobierno.
La construcción de un oleoducto para transportar petróleo desde
la región oriental de selva tropical lluviosa hasta las refinerías
de la costa pacífica alarmó a los defensores del medio ambiente
y los grupos indígenas, ya que el trazado atravesaba varias zonas protegidas,
entre ellas la Reserva de Bosques Nublados de Mindo Nambillo.
Existían motivos de gran preocupación sobre las repercusiones
del Plan Colombia en Ecuador, especialmente en las zonas fronterizas (véase
el apartado sobre Colombia). Por ejemplo, en la provincia fronteriza de Sucumbíos
hubo un notable incremento de la delincuencia. El ejército respondió
desplazando efectivos desde el interior hasta los puestos militares construidos
recientemente a lo largo de toda la frontera del norte. Un número creciente
de colombianos cruzó la frontera para escapar del recrudecimiento de
la violencia en Colombia. Según estadísticas oficiales, en septiembre
ya se habían presentado 3.774 solicitudes de asilo. De las 8.482 solicitudes
presentadas en Ecuador entre enero de 2000 y septiembre de 2002, más
del 95 por ciento eran de ciudadanos colombianos.
En septiembre, una persona resultó herida al estallar tres bombas en
la ciudad de Guayaquil. Las autoridades atribuyeron el atentado a pequeños
grupos armados que actuaban en el país.
Se celebraron elecciones en octubre y noviembre. El coronel retirado Lucio
Gutiérrez Borbúa, candidato de la Alianza Sociedad Patriótica-Pachakutik,
salió triunfante y estaba previsto que tomara posesión del cargo
en enero de 2003. Amnistía Internacional instó a los candidatos
a situar en primera línea de su programa político la promoción
y protección de los derechos humanos. Sin embargo, ninguno de los candidatos,
entre ellos el presidente electo, se comprometió a respetar y proteger
los derechos humanos durante su mandato.
Defensores de los derechos humanos
Mujeres y hombres dedicados a la defensa de los derechos humanos fueron hostigados,
intimidados y detenidos arbitrariamente. El presidente Noboa criticó
públicamente el trabajo de los defensores de los derechos humanos en
varias ocasiones.
La sede de la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos
(INREDH), organización regional de derechos humanos, fue asaltada,
y los intrusos, que ignoraron objetos valiosos a su alcance, accedieron a
información confidencial y la manipularon.
En julio se detuvo sin cargos a ocho activistas del medio ambiente cuando
se manifestaban ante las oficinas centrales de la empresa petrolera estadounidense
Occidental en Quito. Posteriormente quedaron todos en libertad.
Gays, lesbianas, bisexuales y transexuales
Aunque algunas autoridades abogaron por el fin de la discriminación
contra la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, en particular
de aquellas prácticas que daban lugar a graves abusos contra los derechos
humanos, las autoridades continuaron ignorando muchas de las denuncias que
recibían. La tortura y los malos tratos —incluido el acoso sexual—
seguían utilizándose para humillar y castigar a gays, lesbianas,
bisexuales y transexuales detenidos.
En abril, dos adolescentes transexuales fueron presuntamente «vendidos
para uso sexual» a otros reclusos por guardias del Centro de Detención
Provisional de Guayaquil. En mayo, representantes del Estado para asuntos
de derechos humanos y representantes de la organización no gubernamental
Fundación Amigos por la Vida visitaron el centro y posteriormente solicitaron
una mejora de las condiciones y la apertura de investigaciones exhaustivas
sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos sufridas por gays,
lesbianas, bisexuales y transexuales detenidos.
Impunidad
Los miembros de las fuerzas de seguridad sospechosos de cometer violaciones
de derechos humanos seguían siendo investigados y juzgados por tribunales
de la policía que no eran imparciales ni independientes. En las pocas
ocasiones en que se detuvo a miembros de las fuerzas de seguridad por presuntas
violaciones de derechos humanos, las actuaciones avanzaron tan despacio que
en muchos casos el acusado quedó en libertad provisional al cabo de
un año, como establece la ley, y huyó a continuación.
Fueron habituales las intimidaciones y amenazas a las víctimas, sus
familiares y los testigos de violaciones de derechos humanos tras la presentación
de una denuncia, en la fase preliminar del proceso y durante el juicio.
Tortura y malos tratos
La tortura y los malos tratos a detenidos y presos siguieron practicándose
de forma generalizada. Estas violaciones de derechos humanos se cometían
en el momento de la detención, durante el traslado a una comisaría
y en comisarías de policía, centros de detención y prisiones.
Nicolás Agustín Tiluaño Cedeño fue detenido por
la policía en abril cuando viajaba a Guayaquil. Lo llevaron a la comisaría
por sospecharse su pertenencia a una banda armada. Al día siguiente
ingresó en un hospital, donde murió dos días después.
Sus familiares informaron de que durante su detención estuvo recluido
en régimen de incomunicación y, cuando fueron a verlo al hospital,
tenía un brazo roto y presentaba señales de haber sido golpeado.
Según informes, un tribunal de la policía de Guayaquil había
emprendido una investigación.
En algunos centros de detención las condiciones constituían
trato cruel, inhumano y degradante. Hubo ocasiones en que detenidos muy pobres
permanecieron recluidos durante meses soportando esas condiciones al no disponer
de recursos para acelerar las actuaciones judiciales para su puesta en libertad
o su traslado a una prisión.
El Centro de Detención Provisional de Guayaquil albergaba a más
de 350 detenidos repartidos en unas pocas celdas —cada una de las cuales
contenía el triple de reclusos de su capacidad máxima—
cuando fue visitado por representantes oficiales y delegados de organizaciones
no gubernamentales en mayo.
Informes y visitas de Amnistía Internacional
Informe
Orgullo y prejuicio: Es hora de romper el círculo vicioso de la impunidad
por los abusos contra lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (Índice
AI: AMR 28/001/2002/s)
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