MOVIMIENTO ECUMÉNICO POR LOS DERECHOS HUMANOS
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Enero de 1999
Ref:Reestructuración del MEDH
Estimados amigos y amigas:
Como algunos de Ustedes saben, los últimos años del MEDH estuvieron signados -junto con hechos sumamente importantes en la lucha por los Derechos Humanos en nuestro país, de los que fuimos co-protagonistas-, por una constante y profunda reflexión sobre la vigencia actual de nuestro propio movimiento y los lineamientos que -como organismo de las Iglesias que somos- debiéramos tener para cumplir responsablemente nuestra misión también en el futuro.
Este proceso de reflexión y revisión llevó
a las consultas de 1996, que fueron para nosotros momentos importantes, ya
que reafirmaron la decisión irrevocable de nuestras Iglesias de comprometerse
también en el futuro en defensa de los Derechos Humanos como lo hicieran
ya en el pasado.
Más aún: quedó en claro la intención manifiesta
de ser en el futuro más consecuentes e intransigentes en este compromiso,
ante todo frente a los poderes gobernantes hoy en nuestro país, que
se caracterizan por una profunda insensibilidad social, violencia, corrupción
e impunidad.
Quizá valga por ello la pena recordar párrafos del documento que resume algunos de los conceptos vertidos en las consultas:
La década '90 nos trae una nueva impronta, producto de
un plan socio-económico aplicado a escala mundial, que produce, entre
otras cosas, una exclusión criminal de gran parte de nuestro pueblo
de la vida en dignidad y participación. Al quebramiento de la década
del '70 se le suma el actual quebramiento económico-social, que genera
la exclusión, la desesperanza, la falta de perspectiva, la violencia
horizontal, la degradación humana más atroz.
Entramos así en una nueva etapa de la vida de nuestro pueblo y de la
humanidad, que no han sido elaboradas aún suficientemente.
La concatenación de las violaciones de derechos humanos
por el terrorismo de estado, primero, y por el nuevo modelo socio-económico
después, es un problema que no esta aún debidamente elaborado,
ante todo en cuanto a sus muy serias consecuencias políticas, que afecta
no sólo al MEDH sino también a todos los organismos de derechos
humanos.
Reconocer estas improntas de épocas diferentes y de acciones diferentes,
y relacionarlas debidamente en la actualidad, hace a las perspectivas de nuestro
trabajo para el futuro.
Con la conciencia y la promesa histórica que la iglesia tiene como
legado del Evangelio, se hace necesario profundizar pues nuestro compromiso
cristiano y eclesial en la entrega de nuestra vida, llevado adelante en defensa
de la dignidad y los derechos de cada uno de los hermanos de nuestro pueblo.
Desde 1996 a distintos niveles del MEDH hemos seguido reflexionando en innumerables oportunidades acerca de cuáles debieran ser las consecuencias concretas de este consenso encontrado en las consultas -y ratificado en muchos encuentros personales con miembros de nuestras comunidades que trabajan en defensa de los DDHH-.
Hemos llegado así a la conclusión que lo que necesitamos es una refundación, (o sea una profunda reestructuración) que por un lado reafirme y profundice la motivación original con que las iglesia crearon al MEDH, y por otro nos capacite a enfrentar con estrategias nuevas, con más efectividad, decisión e intransigencia a aquellos, que en la actualidad menoscaban vergonsoza y masivamente los derechos de nuestro pueblo.
Luego de la etapa final de este proceso, que a su vez lleva
ya más de dos años, creemos estar en condiciones de proponer
líneas concretas para esta refundación del MEDH.
Creemos que estos cambios son necesarios y factibles, y esperamos que sean
efectivos en su intención primordial de transformar a nuestro organismo
realmente en un movimiento abierto y motivador, del que puedan participar
activa y decisivamente en la mayor medida posible personas y comunidades que
forman nuestras y otras iglesias, ya que esta es y fue siempre una parte esencial
de la autocomprensión del MEDH.
Esta etapa del MEDH implica por ello algunos cambios importantes, que obviamente no son un fin en sí mismos, si no que pretenden ser simplemente elementos estratégicos e instrumentos para un mejor cumplimiento de aquello, que entendemos es la misión que se nos encomienda hoy:
1) Consideramos imprescindible tener una oficina realmente
adecuada, que nos permita encarar seriamente el mandato que en defensa de
los DDHH recibimos de las iglesias.
Buscamos pues un nuevo local que se adecue realmente a las necesidades de
nuestro trabajo, al que esperamos poder mudarnos lo antes posible.
2) Consideramos imprescindible un cambio y una reestructuración interna de funciones y personas, que nos permita cumplir con el compromiso, la seriedad y calidad que se exige de nosotros, y debemos exigirnos nosotros mismos en este tiempo. Y esto en vistas a un ministerio profético en defensa de los DDHH que creemos hoy -ante el genocidio que vivimos- tan candente, desafiante e indispensable como lo fue en el tiempo de la dictadura militar.
3) Consideramos imprescindible incorporar nuevas personas
y grupos sociales y ante todo también las iglesias y comunidades religiosas
-tanto cuantitativa como cualitativamente- en mucha mayor medida que hasta
ahora, a la vida y el testimonio del MEDH.
Creemos que el MEDH debe ser en este momento un reto ineludible para todos
los cristianos y las iglesias de la Argentina, un desafío insoslayable
que exija definir claramente lealtades y compromiso frente a un sistema idolátrico,
demoníaco y criminal.
Obviamente con esta refundación no dejamos de valorar
lo que se realizo con mucho esfuerzo como testimonio en el pasado. Estamos
agradecidos por todos los que tanto en la Argentina como en el exterior compartieron
con nosotros el largo y doloroso camino que nos llevó de 1976 a esta
frágil democracia de hoy, damos gracias porque entregaron con generosidad
y la mejor disposición sus dones y su compromiso.
Creemos sin embargo, que este movimiento histórico y social tan especial
como crítico exige redefinir y reorientar, como dijimos, algunos ejes
básicos en la lucha por la plena vigencia de los DDHH. Así es
que, entre otras cosas, vemos la necesidad de tomar clara distancia frente
a cualquier intento por parte de poderes políticos del signo que fueren
de influir o usar al MEDH.
A este fin existe un pleno consenso entre las iglesias que conforman la conducción del MEDH, de asumir en mucha mayor medida que en el pasado, el mandato en defensa de los Derechos Humanos como una función ministerial de la propia iglesia. Es por eso que decidieron poner a disposición de esta misión fundamental de su testimonio en este tiempo, sus mejores capacidades, nombrando ministros que consideran idóneos, comprometidos y experimentados en dicho ministerio específico.
La estructura que pensamos es acorde al desafío que enfrentamos en la actualidad es la siguiente:
1. DEPARTAMENTO DE RELACIONES INSTITUCIONALES
Coordinador: Pastor José de Luca
2. DEPARTAMENTO DE DOCENCIA E INVESTIGACION
Coordinador: Pastor Dr. Arturo Blatesky
3. DEPARTAMENTO DE GESTION, ADMINISTRACION Y PROYECTOS
Coordinador: Pastor Osvaldo Ulrich
4. PROYECTO JURIDICO
Coordinador: Dr. Waldo Villalpando
5. PROYECTO SOCIAL
Coordinador: Presbítero Félix Gibbs
6. PROYECTO SIDA
Coordinador: Pastor Lisandro Orlov
Estamos convencidos que esta nueva estructura significa una racionalización de los recursos existentes, ya que presupone -como lo evidencia el compromiso asumido por las iglesias- una mayor participación y la disposición a compartir sus potencialidades.
Queremos finalizar esta breve comunicación enfatizando lo que consideramos un aspecto fundamental de lo que avizoramos como meta en esta nueva etapa: Deseamos un MEDH que no sea primordialmente una oficina, sino un movimiento popular que esté real-y efectivamente abierto a la sociedad en que vivimos y de la cual somos parte. Deseamos ser un movimiento activo que motive y posibilite la lucha en conjunto de todos aquellos, que desde y junto a las iglesias ecuménicas de la argentina pretendan comprometerse hoy en la defensa de los DDHH para un nuevo milenio en justicia y paz.
Sabemos que podremos lograrlo solamente con Ustedes, que hace tantos años vienen apoyando y posibilitando nuestro trabajo, que por ello no es solo nuestro sino que también de Ustedes. por eso nos interesa mucho recibir sus comentarios y sugerencias, a fin de optimizar también el intercambio de informaciones y lograr la comprensión y confianza que entendemos son fundamentales para poder encara en común los desafíos que en este tiempo difícil pero promisorio debemos enfrentar.
Los saludan fraternalmente en nombre de la Junta Pastoral del MEDH
Obispo Jorge Novak - Obispo Federico Pagura - Pastor Rodolfo Reinich