El País Vasco es un territorio pequeño, de apenas 20.000 km cuadrados, que
mantiene vivo su reclamo por la independencia desde larguísimos años. Las
luchas de Las últimas décadas han llevado a la cárcel a cientos de personas
que, además de recibir la condena que la ley española le impone, sufre otros
castigos accesorios. Así, se han denunciado torturas, sospechosos suicidios
y vejaciones tanto a los presos como a familiares. La tregua instalada a
partir de la decisión de la ETA (Euskadi ta Askatasuna, "Patria Vasca y
libertad") instaló, entre tantos debates, el de la situación de los presos
vascos, dispersos por las cárceles españolas. Una fuerte campaña en demanda
de su traslado a territorio de Euskadi ha forzado al gobierno de Madrid a
ceder, pero lo hace en mínima medida ya que los mantiene como rehenes en las
negociaciones con el independentismo vasco. Bajo el lema "Etxera" ("a casa",
en euskera, la lengua vasca), se viene realizando una intensa campaña por la
repatriación de los presos y denunciando las condiciones violatorias de los
derechos humanos en que son mantenidos por el gobierno español.
LARGAS DISTANCIAS
Un promedio de 615 kilómetros separa a los presos de sus familias. Sólo 40
vascos se encuentran encarcelados en tierra vasca. El mapa de la dispersión
apenas ha cambiado: están separados en 80 cárceles. Pero la dispersión no es
todo: las trabas a la comunicación con el exterior, la mala asistencia
médica y la violación de muchos otros derechos de los prisioneros se agregan
a la distancia. Hay 69 presos encarcelados a más de 1.000 kilómetros. Los
467 miembros del Colectivo de Presos Políticos Vascos se encuentran
dispersados por 76 cárceles de Euskal Herria, Francia y España. A estos hay
que añadir los cuatro encarcelados en Holanda, México, Miami y Alemania.
DE LAS PALABRAS A LOS HECHOS
Los últimos pasos dados por la sociedad vasca son esperanzadores, pero hay
que hacer aun más. Los familiares exigen una mayor implicación a los
partidos políticos y a la sociedad le pide un mayor compromiso, pues los
datos de la realidad son rotundos y dramáticos: en los primeros seis meses
de este año, 14 familiares de presos vascos han sufrido accidentes en la
ruta cuando iban a visitar a sus allegados. El más grave causó la muerte, el
3 de abril, a Mari Karmen Salbide, cuando ésta regresaba de visitar al preso
José Mari Fernández Pérez, de Nanclares. Otros familiares, tras haber
recorrido miles de kilómetros, se han quedado sin poder visitar a los suyos
por no serles permitida la entrada en la prisión. En la mayor parte de las
ocasiones no han recibido ninguna explicación por parte de los carceleros.
CONDICIONES DE DETENCION
Demás está decir cuáles son los padecimientos de los prisioneros. Brutales
palizas, mala situación sanitaria y desidia en la atención de los enfermos:
muchos de ellos siguen sin ser atendidos de las afecciones que padecen por
la negativa de las autoridades penitenciarias a que sean atendidos por sus
médicos. En exigencia de su repatriación y del respeto a sus derechos en
prisión, los presos vascos han llevado a cabo más de cuarenta protestas en
lo que llevamos de año, sobre todo encierros y huelgas de hambre.
El gobierno de Madrid acaba de proceder al traslado de sólo 25 presos, del
total de 105 anunciados, pero retiene al resto, lo cual permite caracterizar
claramente como rehenes a los prisioneros que quedan en cárceles españolas.
Desde distintos ámbitos vascos se reclamó por esta voluntad obstrucionista
del gobierno que encabeza Aznar. Paralelamente, las fuerzas firmantes del
pacto de Lizarra-Garazi negocian una propuesta que podría tener una caja de
resonancia popular en diciembre, con la realización de un gran acto público.
Lo cierto es que, mientras tanto, se mantienen las pésimas condiciones de
detención de los presos, el alejamiento de sus familias con las graves
consecuencias señaladas y un factor de perturbación del proceso de
pacificación que se intenta llevar adelante en el País Vasco.
En España se están violando los derechos humanos y esto debe ser conocido y
denunciado ante la opinión pública.
(Datos obtenidos del Boletín "Etxera")
DANIEL C. BILBAO
Periodista